Capítulo 4: «Entrevista con el Vampiro»

 

Después del ataque sufrido en el sótano de Kichiro, nuestros personajes, arrastrando al semiinconsciente Novak, se alejaron apresuradamente del desastre provocado por esos… seres. ¿Qué había sucedido? ¿Quiénes los habían atacado? ¿Y por qué ahora? Absorbidos en sus pensamientos y centrados en poner distancia entre ellos y el lugar del ataque, dejaron atrás la zona de exclusión de señal del escondite de Kichiro. Así, el AV de Trauma Team que sobrevolaba la zona pudo captar de nuevo la señal de auxilio de Novak.

El equipo de TT descendió rápidamente y, con modales rudos, se llevó a su cliente. Kichiro, también herido en la trifulca, recordó a Horse Luis que debía visitar a una amiga suya llamada Jules para que revisara la infección que le habían provocado «los grises», como él los denominó.

Novak fue hospitalizado; a pesar del parche Brubacker que le salvó la vida, sus órganos internos habían sufrido graves daños. En un sueño febril, mientras aún estaba en la sala de operaciones, ciertos recuerdos sellados tras el bloqueo mental de Militech se filtraron. Pudo ver con claridad la misión que les habían ocultado. No era la primera vez que se enfrentaba a hombres como los grises. La misión transcurrió en una especie de laboratorio con tubos de criostasis y servidores, una estructura suficiente para albergar varios datafortress. Pero lo que más resaltó en su memoria fue la figura de una nube negra de nanomáquinas que reaccionó al grupo y los salvó de la explosión que Dale detonó antes de tiempo al ver peligrar la misión y preferir morir en sus propios términos.

Novak pasaría unas semanas en recuperación, mientras montaba su pequeño despacho en la habitación y recibía a varios miembros de la Hermandad de Armeros de Night City.

Luis no perdió tiempo y pidió a Chico que lo acompañara a ver a Jules. Al llegar a la dirección proporcionada por Kichiro, una niña de unos 12 años abrió la puerta. Era una chica peculiar, aparentemente con el pelo teñido de negro, y se comunicaba con la mujer llamada Jules mediante lenguaje de signos.

Jules le explicó a Luis que ya había hablado con Kichiro y lo llevó sin demora a una habitación habilitada como un quirófano clandestino, administrándole un sedante. Durante la operación, Luis creyó despertar, viendo sombras alrededor de la habitación y sintiendo una mano fría sobre él, perteneciente a la niña… ¿acaso ella lo estaba operando?

Al despertar, se encontraba solo en la habitación y oyó voces provenientes del salón. Un marcado acento del este increpaba a Jules, ordenándole recoger lo esencial rápidamente, pues cabía la posibilidad de haber sido comprometidos y debían evacuar por orden del francés.

Al poco, un chico joven, que Luis reconoció como uno de los camareros del restaurante italiano, entró en la habitación. Le ayudó a caminar y lo sentó en el sofá. Dejan, el mercenario eslavo, pidió ayuda a Luis para extraer a varias personas a un lugar en las wastelands donde un AV los recogería. La entrega debía ser inmediata.

Sin tiempo para más explicaciones, Luis mandó a Chico a por el vehículo y esperaron mientras Jules recogía lo esencial. La niña solo consideró llevarse un peluche de un escorpión.

Ya en el coche, Dejan revisó y preparó todas sus armas mientras hacía varias gestiones con su agent. Acordó el lugar de aterrizaje con Luis y pidió una parada para recoger a otro sujeto para la extracción. Luis notó que Dejan preparaba manualmente un cargador con munición azul, similar a la utilizada para acabar con esos seres de metal líquido.

La persona que debían recoger era el propio Kichiro, quien ya había sido parcheado. Gracias al conocimiento de rutas de Horse, llegaron sin problemas al lugar de encuentro. Un AV con sistema de camuflaje óptico de Kang Tao llegó, y en su interior les esperaba un droide vestido con un traje de seda roja.

Gracias al sistema de escucha electrónica modificado de Luis, captó la conversación que estaban teniendo y entendió que se retiraban a Sangri-La. Kichiro, no obstante, llamó la atención de Horse y le entregó un chip de datos encriptados junto a un decodificador, diciéndole: «Siento que tengáis que entrar en nuestro mundo, pero puede que sea lo mejor. Toma, échale un ojo a esto y tal vez halléis respuestas, aunque seguro que obtendréis más preguntas. Cuando el destino llame a tu puerta, síguelo. Volveremos a vernos.» Y así, el AV despegó.

Zealoth, mientras tanto, tuvo también una noche ajetreada. Asistió a una fiesta de inauguración para peces gordos en el Dark Matter, un club de alto nivel en el centro de Night City. Mezclándose con los invitados mientras Margareth hacía sus deberes sociales, vislumbró a Hammistone y no dudó en entablar conversación con él.

De la conversación, Zealoth no recordaría mucho, salvo el comentario de Hammistone sobre que habían hecho un buen trabajo con ella. Angela entendió que, entre líneas, Stone le había hecho una cordial invitación a su despacho en la Torre Militech, así que dejó a Marge en la fiesta y se dirigió allí.

En la puerta, se encontró con un obstáculo insalvable: un par de agentes de seguridad que, aunque no tenían un aspecto o actitud imponente, fueron capaces de frenar su impulso de infiltrarse. Al final, ellos mismos la dejaron pasar al mencionar a Hammistone y ver que había dejado una anotación con la invitación.

En el despacho, decorado exquisitamente con ornamentos del siglo pasado, esperó a su anfitrión, quien apareció de repente a su espalda sin el más mínimo ruido. La conversación, de nuevo, fue olvidada por Zealoth, quien solo rescató el detalle de que al tomar de la copa de Stone, pudo saborear sangre. Por un momento le vio los ojos rojos y colmillos, algo no tan raro en estos tiempos.

Cansada de la conversación enigmática y vacua de Stone, Zealoth preguntó directamente quién la había creado, a lo que Hammistone respondió que no podía decírselo, pues conocer quién y para qué había sido traída al mundo alteraría el resultado. Pero toda la tranquilidad de Hammistone se evaporó en un segundo; estalló en ira y le gritó a Zealoth que ellos habían acabado con su raza y que él acabaría con la suya. Tras esto, Angela abandonó la oficina, no sin antes escuchar a Stone mascullar a alguien o algo: «¿Por qué no puedo matarla todavía?»

El caso de Chen fue más relajado en términos de peligro. En su segundo mes trabajando en Wakefield, había adquirido nuevas responsabilidades. Brubacker accedió a concederle una investigación financiada para estudiar y elaborar una cura para el mal llamado temblor negro. Jackie aprovechó las influencias de Brubacker para tramitar el traslado de su hermano a la corporación y que fuese uno de los sujetos de investigación. Los últimos acontecimientos y descubrimientos llevaron a Jackie a enfocar su búsqueda de un tratamiento en una dirección muy concreta.

Sin embargo, Brubacker no le concedía financiación y recursos por nada. La tenía también como alguien a quien pedir favores, sabedor de que no podría negarse. Le pidió un favor personal: atender a Shino «West» Ling, su antiguo amigo que fue herido de gravedad en el asalto al Forlorn Hope. La espada de la trabajadora de Arasaka (presunta asesina, aunque sin pruebas concretas) había infectado el cuerpo de Ling de alguna forma, impidiéndole despertar. Brubacker, confiando en la pericia de Chen en bioingeniería, no dudó en apostar por ella.

Con todos estos acontecimientos, llegamos al 21 de noviembre, fecha en la que salió a la luz el lugar exacto donde se emitirá el programa «La 2ª Venida». Varios grupos comenzaron protestas y manifestaciones de apoyo alrededor de la estación petrolífera reformada donde tendrá lugar.

¿Y cómo afecta esto a nuestros personajes? Pues de parte del Padre Ibarra, un eclesiástico llamado Karras les pide que se preparen, ya que en 8 días ellos y dos grupos más de mercenarios deberán asaltar la estación y boicotear el programa, con especificaciones de misión particulares para cada grupo.