Los Valentinos son una de las pandillas más grandes de Night City con alrededor de 6.000 miembros. Operan estrictamente territorialmente en los vastos barrios latinos empobrecidos de Heywood, The Glen y Vista del Rey, donde están fuertemente arraigados en las comunidades locales. Son representantes de la cultura chicana de Night City y han cultivado esas tradiciones durante más de un siglo.

Valentino muestra abiertamente sus tatuajes de pandillas y joyas de oro con motivos religiosos, siendo la Santa Muerte y Jesús Malverde los más populares y reconocibles. También les gusta la ropa colorida, los lowriders mejorados y las armas plateadas y doradas. El ciberware utilizado por la pandilla incluye potenciadores de reflejos, cargadores automáticos y ciberextremidades aumentadas.

2020
Durante la década de 2020, los Valentino eran una posergang dedicada a seducir a las mujeres más atractivas de Night City. Cuanto más inalcanzable parecía, más atractivo era el objetivo. No mantenían ningún territorio y no tenían objetivos aparte de seducir y acostarse con mujeres. Por lo general, eran inofensivos para cualquiera excepto para los maridos y novios de mujeres muy atractivas de la ciudad. Cuatro veces al año se reunían para comparar conquistas.

2074
En 2074, esto había cambiado drásticamente. Los Valentinos son uno de los cárteles más grandes de Night City y están sujetos a un fuerte código moral y tradiciones centenarias del dios católico y la protección de los suyos. Esta protección no cubre a ningún grupo étnico o religioso, simplemente a aquellos que surgieron junto a ellos en Heywood. Los Valentino controlan zonas predominantemente latinas de Heywood y tratan valores como el honor, la justicia y la hermandad con suma seriedad.

Los Valentino han alterado la estructura de la pandilla al convertirse en una pandilla mayoritariamente latina; la mayoría de los miembros lo son, pero no tienen que ser latinos. La pandilla abandonó el apóstrofe y se les conoce simplemente como los Valentinos.

Entre fiestas, desfiles, carreras de resistencia y muchísimo consumo de alcohol, los Valentino merodean por el barrio bajo la atenta mirada de la Santa Muerte.

Algunas historias de la época Roja hicieron crecer el estatus de los Valentinos, figuras como la Llorona, una asesina despiadada y silenciosa que se encargaba de todo aquel que osase ultrajar a una protegida por la pandilla.

Jesús Malverde, es una figura predominante en la historia de los Valentinos, pues fue él quien comenzó la unión y especialización de la banda, llevándolos a cotas más altas. Un par de décadas después, los Valentinos son una banda temida y respetada a partes iguales. 

Los miembros de los Valentios tienden a integrarse rápidamente, adoptando la cultura chicana y celebrando diversas fiestas y costumbres mexicanas como el Día de Los Muertos, Quinceañeras, Samana Santa o el Día de Nuestra Señora de Guadalupe.

Este sentido de herencia común o al menos de costumbres compartidas une a la pandilla con la población local para formar una gran familia. La lealtad de la comunidad protege a los pandilleros, lo que hace que las infiltraciones del NCPD y de las corporaciones en la pandilla sean casi imposibles. A cambio, los Valentino protegen a todo el barrio. Es por estas razones que traicionar a la propia pandilla es el crimen más atroz que puede cometer un Valentino y, por lo general, se castiga con una muerte particularmente espantosa.

Por otro lado, los Valentinos que mueren luchando contra otras pandillas, policías o ejecutores corporativos a menudo son recordados como santos y mártires. Estas personas son conmemoradas como en una canción y representadas en murales gigantes. Este arte callejero conmemorativo funciona como iconografía religiosa, y se completa con descripciones escritas de las gloriosas hazañas del santo.

Los miembros de los Valentios tienden a integrarse rápidamente, adoptando la cultura chicana y celebrando diversas fiestas y costumbres mexicanas como el Día de Los Muertos, Quinceañeras, Samana Santa o el Día de Nuestra Señora de Guadalupe.

Este sentido de herencia común o al menos de costumbres compartidas une a la pandilla con la población local para formar una gran familia. La lealtad de la comunidad protege a los pandilleros, lo que hace que las infiltraciones del NCPD y de las corporaciones en la pandilla sean casi imposibles. A cambio, los Valentino protegen a todo el barrio. Es por estas razones que traicionar a la propia pandilla es el crimen más atroz que puede cometer un Valentino y, por lo general, se castiga con una muerte particularmente espantosa.

Por otro lado, los Valentinos que mueren luchando contra otras pandillas, policías o ejecutores corporativos a menudo son recordados como santos y mártires. Estas personas son conmemoradas como en una canción y representadas en murales gigantes. Este arte callejero conmemorativo funciona como iconografía religiosa, y se completa con descripciones escritas de las gloriosas hazañas del santo.

En Vista del Rey, un barrio latino empobrecido donde la gente se gana la vida y se lo pasa muy bien, los Valentino son los reyes. Durante las fiestas nocturnas y las carreras de resistencia que llenan sus calles, los Valentino caídos miran desde murales gigantes, mientras los Valentinos vivos observan desde lugares de honor. Cada rincón cuenta con un santuario dedicado a los ídolos de Valentino: la Santa Muerte, la Huesuda, la Llorona, o Jesús Malverde, patrón de los bandidos. Cada estéreo reproduce baladas de narcocorridos sobre los mayores logros de la pandilla. Cuando los burros del NCPD vienen buscando a un miembro de una pandilla, los habitantes de Vista del Rey de repente quedan ciegos con el recuerdo de un pez dorado. Aunque los Valentino son una pandilla mexicana, no es necesario ser mexicano para unirse. Hay Valentinos de todas las razas y etnias, aunque todos han adoptado la cultura de la pandilla y se han asimilado al estilo de vida de Vista del Rey. Un buen número de ciudadanos de Night City que no tienen nada que ver con Vista o los Valentino (atletas, estrellas de Braindance, incluso corporaciones influyentes) imitan el estilo de Valentino o compran vehículos modificados en las tiendas de desguace de los Valentino. Hay algo increíblemente atractivo en el cóctel de orgullo agresivo y fanfarrón que sirven. No es de extrañar que tanta gente quiera probarlo.